Sinopsis:
Los supervivientes del Apocalipsis zombi tienen una oportunidad: han sido rescatados en medio del océano por uno de los últimos grupos organizados que quedan sobre la Tierra. Obligados a acompañar a sus salvadores, llegan hasta el golfo de México, un lugar que parece florecer bajo el mandato benevolente de un misterioso predicador. Pese a que en la ciudad todo el mundo actúa como si el Apocalipsis jamás se hubiera desatado, pronto descubren que algo siniestro se oculta bajo ese paraíso… Atrapados en un torbellino de ambiciones, grupos enfrentados, castas y religiones que luchan por la supremacía, pero siempre rodeados por un océano de No Muertos, nuestros protagonistas tratarán de hacer lo que mejor saben: Sobrevivir.
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Terminé de leer este libro anoche y aunque me dejó un buen sabor en la boca no quedé tan sorprendida como yo esperaba. No alcanzó las expectativas del segundo libro mucho menos el primero.
El libro comienza con nuestros queridos supervivientes (el abogado, Lucía, Pritchenko y Lúculo) envueltos en un huracán y sentenciados a muerte, son rescatados por un colosal barco petrolero y desde ahí se los llevan a Gulfport, USA. Donde son recibidos por el Reverendo Greene, un escalofriante tipo al que le late la rodilla cada vez que una tragedia va a suceder. Al muy poco tiempo de estar allí se dan cuenta de que no todo está muy bien en la ciudad. Hay una segregación racial acentuadísima y los «ilotas»: los negros, latinos y asiáticos; son separados y exterminados de la comunidad blanca en un gueto horroroso al puro estilo de la Alemania Nazi, y ah sí! los guardias de seguridad son de la calaña de los Arios lunáticos que todavía rondan por Estados Unidos y el mundo. Muy acogedor, sí que sí.
Como pueden ver el tercer libro no se centra casi para nada en mis amados No Muertos y eso fue lo que en parte me decepcionó. Quería gore, quería tensión y esa sensación que se me agolpaba en el pecho cada vez que sabía que los zombies estaban acorralando al abogado y sus acompañantes. Pero la realidad fue otra. Con los muertos vivientes en un quinto plano la historia se revolvió entre la demostración de lo horrible de la ciudad de Gulfport, mezclada con peleas entre Lucía y el abogado y unos norcoreanos intentando apoderarse del petróleo de la ciudad. Una ensalada de sandeces que ni al caso con el estilo que me tenía acostumbrada Manel.
Desmenucemos un poco esto:
Primero estaba Gulfport y su racismo mezclado con misoginia y religión. El planteo de eso estuvo bastante bien y te engancha porque te horroriza saber que, después de que el mundo se vino abajo la sociedad alla retrocedido tanto de la mano de un religioso. Impresionante. A causa de esto, Lucía y el abogado se pelean porque ella desde el principio no está de acuerdo con esa forma de vivir y, aunque él tampoco, prefiere tener un perfil bajo, conseguir un trabajito y toda la cosa. Que joyita supo ser nuestro protagonista. Por razones que no logro entender aún, de un libro a otro y sin ninguna explicación aparente el amor entre la adolescente y el abogado sube a proporciones estratosféricas casi exageradas. Esto no me gustó para nada. Es como si se amaran con locura y sin ningún desarrollo por parte del autor y eso te deja confundido. Lucía es una cabezotas y el que se halla enamorado tanto del abogado sólo hace que se complique todo. Los que hayan leído el libro me entenderán.
Luego están los norcoreanos. ¿De dónde carajos los sacaron? Que sí, que la cosa estuvo bien narrada desde el principio y que los motivos que los asiáticos estaban claros es algo que destaco. Pero cuando llegaba a esas partes del libro me aburría un montón y ya no sabía qué hacer para terminarlas rápido. Me pareció que estuvo totalmente de más y que, si hubieran sacado esto, el desenvolvimiento del libro hubiera sido mucho más completo y me hubiese dejado más satisfecha.
Eso sí, Loureiro supo crear nervios al final y eso fue lo que salvó más al libro. Esto me dejó satisfecha y aunque con un nudo en la garganta por algo que no diré acá, lo acepté todo.
Recomiendo el libro SI ES QUE, has leído las otras dos entregas. Porque deja una conclusión bastante buena y no quedan cabos sueltos. Si no, pues no.
Calificación: 3/5